En esta ocasión vamos a referirnos a una factura de teléfono, pero sin lugar a duda aplica para cualquier servicio que paguemos. Es indudable que la factura de teléfono es uno de los gastos más importantes en nuestros hogares. Pero ¿Cuánto de lo que pagamos realmente nos beneficia como consumidores? ¿Estamos recibiendo los servicios de calidad por los que pagamos?
Una mirada más cercana a la factura telefónica nos muestra que la mayoría de los impuestos que se nos cobran no se traducen en beneficios tangibles para nosotros. Por ejemplo, el Impuesto sobre la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS), que representa el 18% de la factura total, se justifica como un impuesto para recibir servicios de calidad, pero en realidad, ¿estamos recibiendo servicios de calidad?
Para obtener una educación y atención médica de calidad, debemos recurrir a proveedores privados. Ejemplo: si queremos que nuestros hijos reciban educación de calidad, debemos pagar un colegio privado. Si queremos recibir atención medica de calidad, debemos ir a una clínica . En muchos lugares, el agua que recibimos ni siquiera es potable, aunque pagamos impuestos para tener acceso a agua potable. Y en cuanto a la seguridad ciudadana, muchos de nosotros vivimos con miedo constante en nuestras comunidades.
Otro impuesto que se nos cobra en la factura telefónica es el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC), que representa el 10% del total de la factura. Este impuesto se justifica como un impuesto que busca gravar el consumo de bienes suntuarios o bienes que tengan alguna externalidad negativa, pero la realidad es que las personas que contratan los servicios de telefonía no lo hacen por lujo o por altos ingresos, sino por necesidad. Y esto no es solo un problema en nuestro país, sino que se puede aplicar a nivel mundial.
Además de estos impuestos, también se nos cobra una Contribución al Desarrollo de Telecomunicaciones (CDT) del 2%, que se justifica como un impuesto para promover el desarrollo de las telecomunicaciones, pero muchas veces se cuestiona si realmente este instituto de Telecomunicaciones nos representa como consumidores.
Por último, encontramos otros cargos y descuentos en la factura, como la llamada "Renta Segura", que se justifica como una especie de seguro para el servicio. Pero, ¿realmente necesitamos un seguro para un servicio que debería ser confiable y seguro en primer lugar?
Todo esto nos lleva a preguntarnos si realmente estamos obteniendo los servicios de calidad por los que pagamos en nuestras facturas de teléfono. La respuesta es clara: no lo estamos haciendo. Es cierto que el costo de proporcionar servicios de calidad es alto, pero si estamos pagando impuestos por esos servicios, deberíamos poder ver y sentir la diferencia en nuestros hogares y comunidades.
Como consumidores, debemos exigir una mayor transparencia en los impuestos que se nos cobran y una mayor responsabilidad en cómo se utilizan. Además, debemos presionar a las empresas de telecomunicaciones y al gobierno para que mejoren los servicios que se nos ofrecen y para que justifiquen los impuestos que se nos cobran de manera más clara y transparente.
También es importante tener en cuenta que, como consumidores, tenemos el poder de elegir a qué empresas de telecomunicaciones les damos nuestro dinero. Si una empresa no está proporcionando los servicios de calidad por los que pagamos, podemos cambiar a una empresa que sí lo haga. Además, podemos unirnos y hacer nuestras voces escuchadas a través de organizaciones de consumidores y grupos comunitarios para presionar por un cambio real y significativo.
En conclusión, la factura telefónica es uno de los gastos más importantes en nuestros hogares, y debemos exigir que los impuestos que se nos cobran se traduzcan en servicios de calidad tangibles y significativos. Como consumidores, debemos ser conscientes de nuestro poder y presionar a las empresas de telecomunicaciones y al gobierno para que sean más transparentes en el uso de los impuestos que se nos cobran y para que mejoren los servicios que nos ofrecen. Solo así podemos asegurarnos de que estamos obteniendo los servicios de calidad por los que pagamos.
Autor del artículo

Cristian Beltre
Doctor en medicina, con un diplomado en auditoria médica basada en la evidencia, locutor, orador, aprendiz político y amante de la lectura.