Lviv (Ucrania), 3 oct (EFE). – Los civiles y los insurgentes en los territorios ucranianos ocupados por Rusia brindan al ejército ucraniano información sobre las fuerzas y equipos enemigos en el área, lo que refleja la continuación de la resistencia en estas regiones.
Para ello, utilizan diversos métodos de comunicación, incluido un canal online creado específicamente para este fin, contribuyendo así a atacar objetivos militares rusos.
«La información continúa fluyendo desde los territorios ocupados a pesar de todos los intentos de reprimir la resistencia. Lo único que necesitas es unas cuantas personas con teléfonos móviles y ganas de ayudar a su país”, dice a Efe Dmytro.
Este joven profesional de ventas, cuyo apellido no se publica por motivos de seguridad, pasó casi un año en la parte ocupada de la región de Kherson (sur de Ucrania) después de que su ciudad fuera tomada por las fuerzas rusas.
Desde un principio se dedicó a monitorear las redes sociales en busca de imágenes y videos de equipos y tropas rusas y enviar esta información a sus contactos en el Ejército ucraniano.
«Conozco muy bien la zona y podría proporcionar información detallada sobre su ubicación. La reacción del Ejército fue positiva y rápidamente comencé a recibir solicitudes específicas de su parte", explica.
Con el objetivo de recopilar información más precisa, la red creció hasta reunir a una treintena de personas de toda la región que, para evitar ser detectadas, desarrollaron un sistema de códigos y medidas de seguridad.
“Estaba claro que si nos atrapaban nos aguardaría la tortura y la muerte”, subraya Dmytro.
El joven cree que el objetivo de la represión en los territorios ocupados es sofocar la resistencia e impedir que las unidades de la retaguardia rusa se conviertan en objetivos de la artillería y los misiles ucranianos.
Sin embargo, los repetidos ataques contra objetivos militares en esas zonas demuestran que la información proporcionada por los residentes sigue llegando a las fuerzas ucranianas.
Si bien la red de Dmytro se basó en contactos individuales con el Ejército, también hay un chat oficial del Gobierno al que se puede acceder a través de la aplicación estatal Diia y a través de Telegram.
Según datos del Ministerio de Transformación Digital, 520.000 ciudadanos ya han utilizado en algún momento esta función de mensajería denominada "eVorog", por la palabra "enemigo" en ucraniano.
"Tengan cuidado. No cuenten a nadie sobre su uso y luego eliminen todos los mensajes y fotos", se lee en una advertencia a los usuarios.
Recientemente se solicitan específicamente coordenadas e imágenes de los lanzadores de misiles rusos y de los equipos utilizados para derribar drones ucranianos, además de las de concentraciones de tropas y armas.
Según el Ministerio, esto es útil para la contraofensiva en curso y ayuda a Ucrania a atacar cuarteles militares, almacenes de municiones y nodos logísticos ubicados detrás del frente.
Algunos ataques recientes contra objetivos en Crimea aparentemente se derivan de información proporcionada por "Atesh", una organización que se define como un "movimiento militar de ucranianos y tártaros de Crimea".
"Nuestra información ayudó a las Fuerzas de Defensa de Ucrania a evaluar la situación y atacar con éxito el cuartel general de la Flota del Mar Negro", dijeron representantes de "Atesh" tras el golpe que supuestamente mató a oficiales rusos de alto rango el día 22. de septiembre.
El grupo actualiza periódicamente su canal Telegram con detalles sobre armas y bases rusas en la península y afirma que transfiere toda su información sobre los movimientos de la flota rusa en Sebastopol al ejército ucraniano.
«Juntos daremos nuevos golpes al ejército y a la flota enemiga. "No tenéis dónde esconderos en Crimea", declaró en un mensaje a los rusos.
El movimiento asegura que está creciendo el número de sus informantes en otras zonas ocupadas e incluso en territorios rusos como Kaliningrado.
El jefe de la inteligencia militar ucraniana, Kyrylo Budanov, confirmó en una entrevista hace un mes que su servicio está "cooperando" con "Atesh" y otros movimientos similares.
Estos están todavía en su infancia y no son tan poderosos como sería deseable, pero su mera existencia es importante, según Budanov.
"Hay gente que entiende que hay esperanza y está dispuesta a correr riesgos", afirmó. EFE