El reto es fabuloso. En solo dos años tienen que estar perfectamente formados los 1.500 trabajadores que en 2026 pondrán en funcionamiento los dos primeros bloques de una fábrica desconocida por estos lares, principalmente por los productos que elabora: la gigafactoría que Volkswagen está construyendo en Parc Sagunt. No es una fábrica de baterías, sino de las celdas que componen esas baterías -más de cien en cada unidad- y que serán el combustible que hará circular los coches que la multinacional alemana produce en sus plantas de Barcelona y Landaben (Navarra). Todo es nuevo y, por tanto, complejo. Los oficios que hay que ‘educar’ son diversos, desde ingenieros a operarios de planta o personal de logística, la mano de obra no es que abunde precisamente y las necesidades de formación se han empezado a cubrir con mucha cooperación por parte de los centros de la zona pero sin todavía una estructura específica, lo que convierte a este propósito en una empresa nada fácil.
Battery Campus
A la espera de que esté en funcionamiento el Battery Campus que la compañía, junto a la Generalitat, va a instalar en los terrenos adyacentes a la gigafactoría -eso será en julio de 2025-, PowerCo, la filial de Volkswagen que construye y desarrolla la planta del Morvedre, se está apoyando en las universidades valencianas y en el Instituto Tecnológico de la Energía (ITE) para poder formar a la primera hornada de trabajadores. En este 2024 esa promoción inicial está integrada por 120 alumnos, en su mayoría ingenieros.
Como Joan Sanz, que tiene el honor de ser el tercer empleado contratado por PowerCo. Es un ingeniero industrial que procedía del sector del automóvil, donde estuvo trabajando durante ocho años. Es valenciano y el proyecto «apasionante» que para él representa esta empresa le ha permitido cumplir otro sueño: la vuelta a casa desde Barcelona, donde estaba ejerciendo su oficio hasta que se incorporó a la gigafactoría. Sanz admite que «no conocía el universo de las baterías» para coche eléctrico. Está destinado al departamento de calidad y la formación que ha recibido hasta la fecha es específica para, precisamente, desenvolverse en control de calidad.
Alumnos y profesores, el pasado jueves en el ITE del parque tecnológico de Paterna / J M López
Laura Valdez, por su parte, es de Cartagena, aunque ya vivía en València. También es ingeniera industrial y estaba ocupada en una firma dedicada al embasado de bebidas. Lleva ya un año en la compañía y parte de la formación que ha recibido la ha realizado en Alemania, donde Volkswagen posee la gigafactoría, ya en funcionamiento, de Saltzgitter. Afirma que no se lo pensó dos veces ante la oportunidad de trabajar en una «gran compañía». Su destino es la coordinación del área de formación y envejecimiento, donde se harán pruebas sobre la capacidad, rendimiento y durabilidad de las celdas.
¿Y qué les está enseñando PowerCo en esta fase inicial? Lo cuentan al alimón Nacho Beneyto y Alberto Adán, formadores de mejora continua y de baterías, respectivamente. Para empezar, todos los trabajadores deben pasar -y lo harán también en el futuro- por lo que la empresa denomina ‘on boarding’, como si los empleados se aprestaran a subir a un avión. Son cinco días en los que se les explica todo lo relacionado con la producción de celdas para baterías y que incluyen una jornada sobre seguridad y salud en el trabajo. El objetivo, como explica Beneyto, «es que conozcan a qué se dedica la empresa y cómo se trabajará en la planta». Adán añade que en este ‘curso’ se incluye también una parte práctica , es decir, «una simulación de cómo se producen las celdas para que todo el mundo conozca el proceso de principio a fin aunque su labor no tenga que ver con la producción directa».
Como ha quedado dicho, PowerCo colabora con las universidades valencianas y el ITE. En este último se realizan acciones formativas específicas de tres días para personas con perfil técnico, fundamentalmente ingenieros que «a lo mejor nunca han trabajado en baterías». A otros empleados se les imparten cursos en función del área al que estén destinados.
De cara al futuro viene lo más complicado: formar a los restantes 1.400 empleados que completarán la plantilla de la fábrica. A partir de abril de 2025, «habrá contrataciones masivas de operarios de planta», según fuentes de la empresa. Falta solo medio año. De ahí que no deba sorprender, aunque inicialmente lo haga, observar a la legión de cerca de 40 trabajadores que en la sede de la firma en el centro de València componen el departamento de recursos humanos y formación. No hay tiempo que perder.
De los 130 empleados actuales, hay gente de 17 nacionalidades, desde Filipinas a Rusia y Macedonia
La mencionada colaboración con las universidades, en la que está muy implicada la Generalitat y también varios centros de formación profesional públicos, se extenderá el curso que viene a los trabajadores que se incorporen a la compañía en el año previo al inicio de operaciones. A la espera de que entre en funcionamiento el denominado Battery Campus, que podríamos calificar como la ‘escuela’ de la gigafactoría. Dicho centro contará con instalaciones de FP especializadas en baterías que serán públicas y abiertas a quien quiera acceder a ellas y una parte privada para PowerCo destinada a la formación continua de sus trabajadores. Los cursos de adaptación de estos últimos serán de 2 a 8 semanas, en función de su experiencia.
Atraer talento
¿Habrá masa crítica suficiente en un mercado laboral con dificultades para cubrir la demanda? Beneyto afirma que en estos momentos «no hay problemas para contratar personal, pero más adelante es posible que se acaben los perfiles técnicos y venga personal de otras disciplinas, como la cerámica, a los que habrá que impartir cursos más extensos, los de ocho semanas».
La gigafactoría recupera talento a través de ingenieros que regresan a Valencia
La recuperación de talento y la oportunidad de trabajar en una firma de estas características, sin embargo, son un gran acicate y una esperanza para PowerCo. Entre los 130 trabajadores actuales, hay personas de 17 nacionalidades -desde Filipinas a Rusia o Macedonia- que han visto aquí una opción de futuro y muchos valencianos retornados. «Recuperamos talento», asegura el profesor Alberto Adán, quien expone su propio ejemplo: «Estaba en Portugal y gracias a PowerCo he podido volver».
Desde la compañía, concluyen que «la estrategia de PowerCo pasa por diseñar una formación descentralizada y propia de nuestros trabajadores, para crear nuestras propias capacidades formativas (sin depender tanto de nuestros compañeros de Alemania) con el objetivo de generar conocimiento en Valencia y atraer a expertos en la región en producción de celdas de batería. Es decir, crear un auténtico hub de conocimiento aquí y no optar por formar a la gente fuera. Eso es lo que pretendemos con nuestro programa de “formador de formadores”, con expertos locales que formarán a los trabajadores que se vayan incorporando a PowerCo con el conocimiento que ellos han adquirido a nivel internacional».