En un giro inesperado, OpenAI, la empresa detrás de la revolucionaria inteligencia artificial ChatGPT, ha decidido abandonar sus planes de convertirse en una compañía con ánimo de lucro. Este cambio de rumbo, anunciado el lunes, llega después de intensas presiones legales y críticas públicas, incluyendo una demanda presentada por el magnate tecnológico Elon Musk.
Presiones legales y diálogo externo
El presidente de OpenAI, Bret Taylor, explicó que la decisión se tomó tras "escuchar a líderes cívicos y entablar un diálogo constructivo con las oficinas del fiscal general de Delaware y California". Ambas entidades estaban investigando la demanda de Musk, quien argumenta que OpenAI, cofundada por él en 2015, debe mantenerse fiel a su misión original: beneficiar a la humanidad en lugar de perseguir objetivos económicos.
El juicio por la demanda estaba programado para marzo de 2026, pero ahora parece que OpenAI ha optado por una solución que evita conflictos legales prolongados.
El futuro de OpenAI: beneficio público y misión social
En lugar de convertirse en una empresa con fines de lucro, OpenAI seguirá operando bajo la supervisión de una junta directiva cuyo objetivo principal no es ganar dinero, sino desarrollar la llamada Inteligencia Artificial General (IAG). Este concepto, que se refiere a una IA capaz de igualar o superar las capacidades humanas, ha sido defendido por el cofundador y CEO de la compañía, Sam Altman, como un paso crucial para "garantizar que la IA beneficie a toda la humanidad".
Además, la filial comercial de OpenAI se transformará en una corporación de beneficio público, un modelo que permite obtener ganancias mientras se persigue una misión social. Este esquema es similar al adoptado por otras empresas de IA, como Anthropic y xAI (creada por Musk). Esta estructura permitirá a OpenAI recaudar fondos sin limitar el crecimiento financiero de sus inversores y empleados.
Musk no se da por vencido
A pesar del anuncio, Musk ha dejado claro que no retirará su demanda. Su abogado, Marc Toberoff, aseguró que "nada en el anuncio de hoy cambia el hecho de que OpenAI seguirá desarrollando IA de código cerrado en beneficio de Altman, sus inversores y Microsoft". Musk ha sido uno de los críticos más vocales de los planes de reestructuración de OpenAI, argumentando que podrían desviar a la compañía de su misión original.
Por su parte, OpenAI ha calificado la demanda de Musk como "infundada" y "un intento de mala fe de frenar su progreso". En febrero, Musk ofreció comprar la compañía por 97.400 millones de dólares, una propuesta que Altman rechazó vehementemente, afirmando que ni la empresa ni su misión "están en venta".
Conclusión: una apuesta por el futuro
Con esta decisión, OpenAI busca equilibrar su ambición tecnológica con su compromiso de beneficiar a la humanidad. Sin embargo, el camino no está exento de desafíos, especialmente con la sombra de la demanda de Musk aún presente. La compañía parece decidida a seguir adelante con sus avances en IA, aunque eso signifique enfrentar críticas y batallas legales en el proceso. El mundo observa atentamente cómo se desarrolla este capítulo crucial en la historia de la inteligencia artificial.
