La izquierda alemana busca el rescate con la "capitana" Carola Rackete

La izquierda alemana busca el rescate con la "capitana" Carola Rackete

El diezmado partido de la izquierda alemana, Die Linke, busca su rescate europeo con Carola Racketeel capitán del barco “Vigilancia del Mar 3” quien en 2019 desobedeció la prohibición de El ultraderechista Matteo Salvini atracar en Lampedusa con 40 refugiados. A pocas semanas de consumarse la escisión partidaria de su figura más mediática, Sara WagenknechtLos delegados de la izquierda se concentraron en Augsburgo (sur de Alemania) para un congreso de tres días, cuyo objetivo es cerrar filas antes de las elecciones europeas de 2024. "La izquierda necesita renovarse", afirmó Rackete, de 35 años y políticamente independiente, designado por la dirección para encabezar la lista del partido junto a su presidente. Martín Schiderwan. El líder de la izquierda es un rostro apenas conocido por muchos alemanes: ocupa el cargo desde 2019 y representa el enésimo intento de revivirlo. El de Rackete está relacionado con el desafío realizado ese mismo año contra Salvini, entonces ministro del Interior italiano. Las imágenes de “Sea Watch 3” dieron la vuelta al mundo, como exponente de los dramáticos rescates llevados a cabo por ONG que operan en el Mediterráneo.

La Europa actual está aún más cerrada a estos rescates que hace cinco años. La extrema derecha lidera gobiernos como el de Giorgia Meloni en Italia, mientras crece la presión entre el centrismo para reducir la llegada de inmigración irregular. La izquierda alemana quiere representar exactamente lo contrario de las corrientes antiasilo y distanciarse así de la línea de Wagenknecht. La escisión protagonizada por este representante mantiene posiciones en materia migratoria cercanas a las del Alternativa de extrema derecha para Alemania (AfD). El compromiso de Wagenknecht, más presente en las tertulias televisivas que en los plenos parlamentarios, se acerca al populismo de extrema derecha. Según algunos analistas, podría reclutar votantes entre el llamado “voto de protesta”; antiinmigración, en detrimento del AfD, segunda fuerza en intención de voto según las encuestas.

Rackete no tiene el peso político de Wagenknecht, miembro fundador del Partido del Socialismo Democrático (PDS), la formación poscomunista de la que nació La Izquierda. La presentación de la capitana y activista en el congreso de Augsburgo incluyó de hecho un primer revés: tuvo que matizar unas declaraciones en las que abogaba por cambiar el nombre del partido y separarlo de su pasado como formación heredera del régimen de la Alemania comunista. Algo que levantó críticas de su sector más tradicionalista, que de por sí no ve con buenos ojos la apuesta por un candidato que no milita en el partido.

Su supervivencia depende del éxito de Die Linke en el Campeonato de Europa. En las elecciones generales de 2021 cayó por debajo del listón del 5%, el mínimo para obtener escaños, aunque finalmente obtuvo representación parlamentaria gracias a sus victorias en varios distritos del este del país. A la división entre Wagenknecht y otros nueve diputados le seguirá la pérdida de su estatus de grupo parlamentario, con las consecuencias financieras y representativas que ello conlleva.

De la cautela ante Israel a la proscrita Greta

La posición de la izquierda alemana en asunto de inmigración encaja con el de sus partidos hermanos europeos. Pero difiere en cuanto al posicionamiento de la familia izquierdista europea frente a Gaza, inclinándose claramente a favor de Palestina. La mayor parte del espectro parlamentario alemán adhiere a un firme compromiso con el derecho de Israel a defenderse. La izquierda comparte este principio, aunque permite algunas críticas a los bombardeos masivos contra la población civil de Gaza.

Cualquier declaración de los dirigentes izquierdistas sobre Gaza va precedida de una rotunda condena del terrorismo de Hamás. Por tanto, forma parte de la cautela de la clase política alemana contra declaraciones o actitudes que puedan interpretarse como antisemitas.

Un exponente de esta prevención alemana son las reacciones a casos como el de Greta Thunberg, a quien el semanario “Der Spiegel” la deslegitima en su última portada por haber hecho campaña por “Palestina libre”. El brazo alemán del movimiento “Viernes para el Futuro” se ha distanciado públicamente del activista sueco, que de ser un ídolo del ecologismo y de la izquierda ha pasado a ser tratado como “persona non grata”.

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