La guerra con Disney llega a los tribunales y golpea a DeSantis

La guerra con Disney llega a los tribunales y golpea a DeSantis

Ningún republicano en el poder ha librado una guerra más dramática y efectiva que ron desantis contra lo que los conservadores en Estados Unidos denuncian como “la cultura despertó”, un concepto etéreo y ya politizado con el que la derecha ataca causas de justicia en temas como la raza, el género, la orientación sexual o las inversiones socialmente responsables. Pero el gobernador de Florida se ha topado con esa lucha con una Enemigo formidable: Disney. Y el enfrentamiento entre ambos ha escalado hasta llegar esta semana a los juzgados, dando de momento un inesperado golpe político a DeSantis.

La crisis empezó después Disneybajo la presión de algunos de sus empleados de su fuerza laboral diversa, criticar el impacto negativo Ley de derechos de los padres en la educación, conocido popularmente como "no digas homosexual”, que aprobó el gobernador, y que ha vetado la conversación y enseñanza en las escuelas públicas de temas de orientación sexual e identidad de género. DeSantis respondió aprobando legislación eso remoto a la compañía, que tiene 75,000 empleados en los parques e instalaciones de Disney World y trae 50 millones de visitantes al estado anualmente, la estatus fiscal especial que tenía desde 1967 y eso le permitía prácticamente el autogobierno.

DeSantis también se arroga el derecho a nombrar la junta directiva del renombrado distrito, pero el anterior, justo antes de perder el poder, aprobó dos medidas que dejaban el control en manos de Disney prácticamente a perpetuidad. Era un Maniobra legal pero que pilló por sorpresa a DeSantis. Y este miércoles la nueva junta designada por el gobernador dejó sin efecto esas dos medidas, a lo que la empresa respondió presentando un demanda en el que afirma que sus derechos han sido vulnerados derechos constitucionales de libertad de expresión.

"Represalias del gobierno"

En la documentación legal, los abogados de Disney dicen que la empresa ha sido objeto de "accampaña de represalias del gobierno”, a quien se acusa de usar su poder como arma, y ​​dice que su futuro económico está amenazado. Y Bob Iger, quien ha regresado al puesto de CEO, ha acusado a DeSantis de tomar medidas que van “contra los negocios y contra la Florida”, insinuando que podrían peligrar inversiones por 17.000 millones de dólares en una década y la creación de 13.000 puestos de trabajo.

Donald Trump, Nikki Haley y Assa Hutchinson, contendientes formales para la nominación presidencial republicana de 2024 en una carrera en la que se supone que DeSantis se presentará, no han atacado a Disney sino al gobernador. Trump ha hablado de "un truco político” que ha llamado “innecesario”. Haley publicó un tweet invitando a Disney a conformarse con sus trabajos en Carolina del Sur. Y el exgobernador de Arkansas le dijo a Fox News: “No se usa el fuerte poder del gobierno para castigar a las empresas. la izquierda hace eso”.

No es solo una cuestión de rivalidad por la nominación. En un partido como el Republicano que tiene la filosofia a favor de los negocios en su ADN, la guerra entre DeSantis y Disney, con su aires de venganza personal, suscita dudas y críticas, aun cuando se sostiene la corriente de lucha contra lo que se denomina "despertó el capitalismo". Senador de Florida marco rubioincluso apoyando a DeSantis en el caso concreto de Disney, ha mostrado su preocupación de que los inversores se asusten en el estado. Kevin McCarthy, presidente de la Cámara de Representantes y el republicano más poderoso de Estados Unidos, ha instado al gobernador a sentarse a negociar (y le ha puesto feo que amenace con construir una prisión en el complejo de Disney). el senador lindsay graham Dijo “entiendo & rdquor; que las corporaciones están bajo presión para ser “políticamente correctos”. E incluso algunos de los legisladores estatales republicanos que han trabajado para aprobar las leyes de DeSantis ahora guardan silencio o lo critican.

La demanda presentada por Disney en un tribunal de distrito del norte de Florida ha recaído en la juez marca walkerun magistrado que fue nombrado por Barack Obama. Aunque algunas de sus decisiones se han alineado con la administración DeSantis, Walker también ha actuado para abordar puso fin a algunas de las leyes más radicales del gobernador. Y por ejemplo llamó distópico uno conocido como "dejar de despertar”, que limita la docencia o la formación en temas de raza o diversidad.

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