China y Estados Unidos han reavivado la polémica sobre el origen del coronavirus en medio de tensiones políticas y acusaciones cruzadas. Washington ha sugerido que el virus pudo haberse filtrado desde el laboratorio de Wuhan, mientras que Pekín ha respondido insinuando que el covid-19 podría haber llegado desde Estados Unidos. Estas declaraciones han encendido la discusión entre ambos países, convirtiendo la pandemia en un nuevo frente de su guerra comercial y diplomática.
La Casa Blanca dio el primer golpe esta semana al renovar su sitio oficial con información que apunta a una posible "fuga de laboratorio" como el origen del virus. Este contenido se basa en un informe de la subcámara de representantes, dominada por los republicanos, aunque no ha sido revisado por la comunidad científica ni cuenta con respaldo académico. El documento también critica a Joe Biden y Anthony Fauci, quienes lideraron la gestión sanitaria durante los primeros meses de la pandemia. Sin embargo, agencias de inteligencia como la CIA no han logrado determinar el origen del virus, a pesar de las presiones ejercidas durante el mandato de Donald Trump.
Por su parte, China ha publicado un "Libro Blanco" donde reitera las conclusiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2021. El informe descarta casi por completo la teoría de la fuga de laboratorio y considera más probable un origen zoonótico, es decir, el salto del virus de animales a humanos, o su llegada a través de alimentos congelados. No obstante, Pekín ha preferido centrarse en una teoría que sugiere que el virus ya circulaba en el mundo antes de llegar a Wuhan, insinuando que Estados Unidos podría ser el origen. El informe también menciona el cierre del Laboratorio Biológico de Fort Detrick en 2019 como una posible pista, aunque no proporciona pruebas concretas.
El documento chino no se limita al tema del origen del virus. Dedica gran parte de su contenido a criticar la gestión de Donald Trump durante la pandemia, calificándola como "lenta, ineficaz y la peor de todos los gobiernos del mundo". Además, acusa a Trump de obstaculizar la cooperación internacional y de fomentar una ola de crímenes racistas contra estadounidenses de origen asiático. Estas declaraciones reflejan cómo la pandemia ha deteriorado las relaciones bilaterales, que ya estaban bajo presión debido a la guerra comercial iniciada durante el primer mandato de Trump.
La disputa sobre el origen del covid-19 parece lejos de resolverse, mientras China y Estados Unidos continúan utilizando la pandemia como arma en su enfrentamiento político. Ambos países buscan culparse mutuamente, ignorando en gran medida la necesidad de cooperación global para evitar futuras crisis sanitarias. Lo que comenzó como una tragedia mundial ahora es un nuevo capítulo en la rivalidad entre dos potencias que no parecen dispuestas a ceder terreno.
