El gobernador de Florida y miembro del Partido Republicano, Ron DeSantis, ha firmado un proyecto de ley que permitirá la pena de muerte en condenas por agresión sexual contra niños. La nueva ley entrará en vigor a partir del 1 de octubre, y permitirá la aplicación de la pena capital en el estado cuando un adulto sea condenado por abusar sexualmente de un niño menor de 12 años.
La medida ha sido duramente criticada por organizaciones de derechos humanos y de protección infantil, que argumentan que la pena de muerte no debería ser utilizada en casos de agresión sexual, independientemente de la edad de la víctima. Además, la ley se contrapone a un fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos de 2008, que prohibió la pena capital en tales casos.
El gobernador DeSantis, que no oculta sus aspiraciones de postularse como candidato a la Presidencia de EE.UU. en el 2024, considera que la decisión de la Corte Suprema fue “incorrecta” y que la nueva ley establece un procedimiento para poder impugnar ese precedente. DeSantis afirma que en Florida creen que el peor de los peores crímenes merece el peor de los peores castigos.
Sin embargo, los críticos argumentan que la pena de muerte es inhumana y no ha demostrado ser efectiva como disuasión contra el delito. Además, la aplicación de la pena de muerte en casos de agresión sexual es especialmente problemática, ya que puede desalentar a las víctimas de denunciar el delito por miedo a las consecuencias para el acusado.
La medida también ha generado preocupación entre los defensores de los derechos humanos debido a la posibilidad de que la ley pueda ser utilizada de manera discriminatoria contra ciertos grupos, como personas de color o pobres.
La decisión del gobernador de Florida de legalizar la pena de muerte por agresión sexual contra niños es una medida controvertida que plantea cuestiones importantes sobre los derechos humanos y la justicia penal. Mientras que algunos argumentan que es un paso necesario para castigar a los peores criminales, otros creen que la pena de muerte es inhumana e ineficaz, y que puede tener consecuencias negativas para las víctimas y para la sociedad en general.