La cumbre del G20 que se celebra los días 18 y de 19 en Río de Janeiro tiene, entre los propósitos de la actual presidencia brasileña del grupo de países, impulsar un impuesto global sobre la riqueza de los multimillonarios, entendidos como las personas con más 1.000 millones de dólares en patrimonio.
El borrador de comunicado final de la cumbre en el que ha estado trabajando Brasil incluye una referencia a la creación de este impuesto, pero, según fuentes de la delegación española, aún existen negociaciones muy intensas sobre el alcance de esta mención por las discrepancias entre los diferentes países. En el borrador inicial no se concreta ni qué tipo de impuesto pretende impulsar el G20, ni cuál es el compromiso del grupo de este grupo de países para avanzar en esta iniciativa, que cuenta con el apoyo del Gobierno español.
Ante este preámbulo, la oenegé Oxfam Intermón ha emitido un comunicado en el que insta "a las y los líderes del G20 a comprometerse con un acuerdo global para gravar de manera más justa a las personas superricas". Desde el punto de vista de esta organización, "la cumbre de Río representa una oportunidad única para abordar los niveles extremos de concentración de la riqueza y de desigualdad económica".
Según los datos que maneja Oxfam Intermón, en las dos últimas décadas, la riqueza del 1% más rico de la población de los países del G20 se ha incrementado casi un 150% en términos reales (68,7 billones de dólares). Además, estima que este colectivo controla actualmente el 31% de la riqueza total, por encima del 26% hace apenas dos décadas. Frente a esto -añade-, la mitad más pobre de la población posee menos del 5% de la riqueza total, frente a 6% hace dos décadas. Entre los países del G20 en los que el 1% más rico posee la mayor proporción de la riqueza nacional figuran Brasil (48%), Sudáfrica (42%) y Argentina (40%), según Oxfam Intermón.
La iniciativa que Brasil ha puesto sobre la mesa, en su calidad de país que ahora ostenta la presidencia rotatoria el G20, toma como punto de partida la propuesta del economista francés Gabriel Zucman, profesor de economía en la Escuela de Economía de París y en la Universidad de California, y presentada el pasado 25 de junio. Zucman plantea un impuesto mínimo del 2% sobre el patrimonio de contribuyentes con más de 1.000 millones de dólares de riqueza distribuida en activos como inmuebles, acciones o participación en propiedad de empresas, entre otros. El estudio de Zucman calcula que esta propuesta afectaría inicialmente a unas 3.000 personas y que permitiría una recaudación de entre 200.000 y 250.000 millones de dólares cada año.
En diferentes ocasiones, España ha mostrado su apoyo a esta iniciativa. "Ahora hay que seguir trabajando y hay que poner sobre la mesa una hoja de ruta de los pasos que tenemos que seguir dando para implantarlo", afirmó el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, a finales de julio en declaraciones a medios españoles en Río de Janeiro, donde participaba en la reunión de ministros de Finanzas del G20.