No hay remedios milagrosos contra la resaca

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No hay remedios milagrosos contra la resaca

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Hay refrescos que se anuncian como remedios “milagrosos” contra los efectos de la resaca, una publicidad más frecuente en verano. El Instituto #SaludsinBulos advierte de que estas bebidas no son efectivas y carecen de respaldo científico, además de inducir una falsa sensación de recuperación, fomentando un consumo de alcohol más irresponsable.

El Instituto #SaludsinBulos insiste en que los refrescos anunciados como remedios contra la resaca no ofrecen resultados de estudios de eficacia ni de seguridad.

Además, según corroboran los trabajos científicos que han sido llevados a cabo hasta el momento, en realidad no hay ningún tratamiento efectivo conocido contra la resaca.

En particular, uno de estos productos “milagro”, que es anunciado en numerosos medios, asegura estar compuesto por 17 ingredientes y contribuir a equilibrar el metabolismo y el sistema nervioso, sin aportar ninguna evidencia al respecto.

Ricardo Mariscal, periodista científico y uno de los portavoces de la plataforma #SaludsinBulos, afirma que los remedios milagro contra la resaca son peligrosos para nuestra salud, ya que trivializan los efectos nocivos del alcohol.

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“Son una invitación a beber más sin control en las numerosas fiestas que tienen lugar durante estos días en los pueblos de España con el reclamo falso de combatir la resaca de forma rápida y sencilla”, advierte el periodista.

Por su parte, el psicólogo Carlos Sanz Andrea explica que el peligro de este tipo de bebidas radica en que producen en el sujeto la falsa ilusión de recuperación, por lo que nublan la idea de que no existen cantidad de consumo de alcohol segura o no perjudicial.

“No asumir esto es engañarse. Además, en áreas rurales donde se conoce todo el mundo y beben ritualmente alcohol para socializar puede resultar especialmente difícil controlar su consumo”, señala el experto.

La adicción al alcohol

Según el psicólogo, las implicaciones conductuales del “nuevo marketing del alcohol” demuestran que no existe una opción completamente segura, ni siquiera las bebidas 0,0. Estas pueden incentivar el consumo entre los jóvenes o crear una falsa sensación de seguridad.

“Cuando llegan a consulta estas personas suelen contar que han probado todas las opciones posibles y que su consumo de alcohol se ha descontrolado. Una vez que un sujeto ha desarrollado una adicción al alcohol queda marcada como una vulnerabilidad en su repertorio conductual que siempre estará presente”, señala el psicólogo.

El experto aclara que no se trata de vivir con temor constante al alcohol, pero es importante reconocer un aspecto clave durante la abstinencia: hay que ser consciente de la propia vulnerabilidad.

Macrobotellón en Granada/Express Diario/Juan Ferreras

El alcohol no produce energía ni ayuda a relacionarse mejor

La ciencia todavía no conoce con exactitud los factores que provocan la resaca tras el consumo de alcohol.

Un estudio publicado en la revista Curr. Drug Abuse Rev concluyó que se requieren más investigaciones para comprender mejor cómo el alcohol afecta al metabolismo y obtener así una visión más completa sobre la naturaleza de la resaca.

Desde su creación, el Instituto #SaludsinBulos ha desmentido numerosos mitos sobre el alcohol que pueden llevar a un aumento en el consumo y a un comportamiento de bebida irresponsable.

Entre estos mitos se encuentran que el alcohol produce energía y sirve para aguantar más la fiesta o que ayuda a relacionarse mejor y socializar.

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El alcohol no produce energía ni sirve para aguantar más la fiesta. Express Diario/EPA/JIM HOLLANDER

La ciencia señala que el alcohol, al ser un depresor del sistema nervioso central, desinhibe los instintos y comportamientos habituales.

En dosis pequeñas, provoca una sensación de euforia que rápidamente se transforma en cansancio.

Respecto a la capacidad del alcohol para actuar como catalizador social, es cierto que en dosis muy bajas puede desinhibir.

Esta desinhibición puede ser vista como algo positivo y que fomenta la sociabilidad en ciertos contextos, mientras que en otros puede resultar desagradable y molesto.

Sin embargo, a partir de dosis moderadas, el efecto depresor del alcohol se vuelve predominante, llevando a un estado de desánimo que puede ir acompañado de aislamiento e incluso agresividad.

“El consumo del alcohol es uno de los principales factores de riesgo modificables para violencia, homicidas y lesiones a terceros”, según advierte la Organización Mundial de la Salud.

“Debemos trabajar como sociedad para desmontar los mitos que conducen a un mayor consumo de alcohol y desmentir propiedades benéficas inexistentes de productos para combatir la resaca, que derivan en beber más y de forma más irresponsable”, concluye el periodista Ricardo Mariscal.

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