Mis previsiones para dentro de 30 o 40 años no son las mejores. Es más, son apocalípticos. Además de tener un planeta cada vez más feroz, rebelándose contra sus habitantes, tendremos una sociedad más ignorante. Carentes de referencias.
Desde abril pasado, la exposición itinerante 75 años del Caribe recorre diversas instituciones culturales y educativas. He tenido la oportunidad de ofrecer visitas guiadas y charlas a estudiantes entre 17 y 23 años de algunas de las mejores universidades del país, tanto en Santiago como en la capital. Estudiantes casi siempre de Comunicaciones, Educación, Literatura, Artes, Historia, Sociología.
La coincidencia en el 99,9% de los casos ha sido el desconocimiento de cuestiones culturales básicas, muy generales. Lo que indica una ausencia casi total de referencias.
La generación cristal sabe leer, pero no lee; sabe escribir, pero no escribe; sabe pensar, pero no piensa; Sabe reflexionar, pero no reflexiona; En definitiva, sabe cultivarse, pero no tiene ganas de cultivarse. Es una generación con casi un cero por ciento de referencias al pasado.
He hecho la misma pregunta, una y otra vez, de manera casual, sin que parezca forzado. Tú. ¿Sabes quién es Joan Manuel Serrat? Respuesta: No. ¿Sabes quién es Joaquín Sabina? Respuesta: No. ¿Sabes quién es Silvio Rodríguez o Pablo Milanés? Respuesta: No. ¿Sabes quién es Sonia Silvestre? Respuesta: No. ¿Víctor Víctor? Sólo una alumna de la PUCMM sabía quiénes eran todos esos personajes y los había escuchado. Escribe poesía, le gusta el cine, la buena música y más sobre ella. Afuera de ella, uno de ella había escuchado mencionar a Víctor Víctor.
La situación es peor de lo que pensamos. Mientras tanto, el 4% de la Educación se pierde en altos salarios de docentes mal capacitados que compran autos cero kilómetro y se dedican a la política exigiendo al Gobierno que abandone las políticas neoliberales. Y el Ministerio de Cultura, incluso si tuviera el mejor ministro, poco podría hacer sin dinero y sin políticas culturales destinadas a acercar la cultura a las masas.
El futuro es tan incierto como las lluvias imprevistas. Y será tan devastador como los muros caídos del paso elevado de la 27 y Máximo Gómez.