DAJABÓN.- Faltan menos de 24 horas para que se conozca el ultimátum dado por el presidente dominicano Luis Abinader a las autoridades haitianas para detener la construcción del canal que pretenden conectar con el río Masacre, en Dajabón, en busca de desviar parte del agua de ese afluente de uso privado, la situación es tensa y hay poco movimiento comercial.
Las calles de Dajabón y los alrededores de la Dirección General de Aduanas, y la Dirección de Inmigración y binacional que se caracterizan por movimientos muy activos de hombres, mujeres y niños que diariamente ocupan los espacios en busca de realizar sus actividades hoy con poca gente.
Bodegas, tiendas de plástico y ropa, lugares donde se venden artículos usados, así como: pulperías, bancos de lotería, cafeterías, lugares donde se venden alimentos cocinados, quedaron sin o con pocos clientes. Además, las famosas vendedoras en las calles, vendiendo de todo, eran muy pocas.
“El comercio está muerto. La situación aquí es difícil, y aunque apoyamos al Presidente, ya que su decisión es la correcta, creo que debemos buscar una solución conjunta a esta situación ya que ambos países salen perjudicados”, dijo César Espinosa, propietario de Almacenes Gómez.
Muy al contrario de los días normales, con o sin mercado, los motoconchos estaban todos en sus esquinas y los hoteles, que suelen estar siempre llenos, y los días de mercado nunca tienen habitaciones, desde el cierre de la frontera están con muy poca ocupación.
Los rumores son diversos, muchos creen que las autoridades haitianas detendrán la construcción del canal, ya que de todas formas el más perjudicado será el pueblo haitiano que no se beneficiará en absoluto con este desvío del río, y los más perjudicados serán el gobierno haitiano que tendrá un nuevo problema que superar.
Pero también hay que decir que cada día que pasa después del cierre de la frontera representa pérdidas millonarias para los comerciantes haitianos y dominicanos que hacen negocios comprando y vendiendo mercancías a gran escala.
Dajabón mantiene la calma tras cierre de fronteras
Hoy decenas de palanas estaban estacionadas con todo tipo de mercancías y materias primas en las calles cercanas al mercado a la espera de mañana para saber si podrán ingresar o no a territorio haitiano.
Cierre de fronteras
El pasado lunes, el Consejo de Seguridad Nacional (CSN), encabezado por el presidente, tomó la decisión de cerrar completamente la frontera con Haití para el comercio terrestre, marítimo y aéreo a partir del jueves, de continuar el conflicto por la construcción de un canal en el río Masacre. no resuelto antes de esa fecha.
La primera medida tomada por el Gobierno fue suspender definitivamente la entrada de todos los implicados en el conflicto y frenar la expedición de visados a ciudadanos haitianos hasta nuevo aviso.
Mientras que el segundo fue el cierre de la frontera por Dajabón y si para este jueves no hay solución, la frontera quedaría completamente cerrada para el comercio terrestre, marítimo y aéreo.
Mientras la frontera esté cerrada en Dajabón, solo estará abierta entre las 12:00 del mediodía y las 4:00 p.m. para que los ciudadanos haitianos, con o sin documentos, puedan regresar a su país sin ningún contratiempo.
El procedimiento consiste en hacer fila y de manera ordenada pasar un control por parte de agentes del Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza (Cesfront).
Tratados
Fue el 20 de febrero de 1929 que se firmó el acuerdo que prohíbe a Haití o República Dominicana desviar el curso de cualquiera de los ríos que corren entre ambas naciones. Existen varias cuencas transfronterizas entre República Dominicana y Haití, como las de los ríos Artibonito, Dajabón, Soliette y Pedernales, así como el lago Azuéi. El artículo 10 de este tratado establece: "Debido a que los ríos y otros cursos de agua nacen en el territorio de un Estado y fluyen a través del territorio del otro o sirven de frontera entre los dos Estados, ambas partes contratantes se comprometen a no realizar ni consentir en ninguna obra capaz de de cambiar la corriente de aquellos o de alterar el producto de sus fuentes.
