La Unión Europea y Estados Unidos comparten estrategia para externalizar la migración
La Unión Europea (UE) y Estados Unidos están adoptando políticas similares para gestionar la migración, trasladando la responsabilidad del control de fronteras a terceros países. Esta estrategia, conocida como "externalización de la migración", implica enviar a migrantes cuyas solicitudes de asilo han sido rechazadas a naciones consideradas "seguras", a cambio de financiación y acuerdos diplomáticos.
¿En qué consiste la externalización?
La UE ha flexibilizado las normas para identificar países seguros y ha impulsado acuerdos con naciones como Turquía y Marruecos. Estos países reciben fondos europeos a cambio de retener a los migrantes que intentan llegar a Europa. Estados Unidos, por su parte, ha trasladado a ciudadanos venezolanos a El Salvador como parte de su política migratoria.
Expertos señalan que esta práctica se ha normalizado en los últimos años, especialmente con el auge de partidos de derecha y ultraderecha en Europa. "La UE ha incorporado la agenda de la extrema derecha, priorizando el control migratorio sobre los derechos humanos", afirma Iván Martín, investigador de políticas migratorias.
El coste de la externalización
La externalización implica grandes sumas de dinero. Por ejemplo, Marruecos recibe unos 200 millones de euros anuales de la UE, aunque solo el 30% se destina formalmente a migración. El resto se invierte en proyectos de desarrollo. Sin embargo, no hay mecanismos de transparencia que garanticen el uso adecuado de estos fondos.
"Es una política de dinero por migrantes. Si no quieres refugiados, tienes que pagar", explica Martín. Esta dinámica también se repite en América Latina, donde países con menos recursos firman acuerdos con Estados Unidos a cambio de financiación.
Críticas y consecuencias
Los críticos denuncian que esta estrategia menoscaba los principios de la UE y pone en riesgo los derechos humanos. "Se mantiene a los solicitantes de asilo en países con menos protección de derechos humanos", señala Martín. Además, no hay evidencias de que reduzca las migraciones, ya que muchos migrantes retornados intentan volver a cruzar las fronteras.
"La externalización no es eficiente, pero cumple su objetivo: trasladar la responsabilidad sobre los migrantes", afirma Laura Planas, autora de un informe sobre el tema. También advierte que los países de origen y tránsito están utilizando la migración como "arma de presión" en negociaciones con la UE.
¿Qué alternativas hay?
Algunos expertos y políticos europeos abogan por crear más vías legales para la migración. "Europa necesita migrantes para sostener su mercado laboral y su sistema de bienestar", argumenta el eurodiputado Juan Fernando López Aguilar. Sin embargo, esta postura choca con el discurso de la ultraderecha, que ha ganado terreno en varios países.
En resumen, la externalización de la migración se ha convertido en una herramienta clave para la UE y Estados Unidos, pero plantea serias dudas sobre su eficacia y su impacto en los derechos humanos.