Las fuerzas sirias, en coordinación con Estados Unidos, han logrado capturar a varios miembros del Estado Islámico (EI) en operaciones recientes. Estas acciones marcan un punto crucial en la lucha contra el grupo yihadista, cuya presencia en Siria se ha debilitado significativamente desde la caída del régimen de Bashar al Assad a finales del año pasado. Sin embargo, expertos advierten que la amenaza del EI aún no ha sido erradicada por completo y que la estabilidad futura de Siria será clave para evitar un resurgimiento del grupo.
Las operaciones contra el EI han aumentado en los últimos meses, gracias a una mejora en la cooperación entre las autoridades sirias y Washington. Según datos recientes, el número de ataques mensuales del grupo ha disminuido drásticamente, pasando de un promedio de 60 en 2024 a solo 12 desde la caída de Assad. Charles Lister, experto del Middle East Institute, afirma que esta reducción se debe, en parte, a esta coordinación, pero advierte que la situación podría revertirse si no se gestiona adecuadamente la transición política y económica en Siria.
Uno de los mayores desafíos es el futuro de los campos de Al Hol y Al Roj, en el este de Siria, donde miles de presuntos miembros del EI y sus familias permanecen detenidos. Estas instalaciones, que albergan a unos 10.000 hombres y 40.000 mujeres y niños, podrían convertirse en focos de radicalización si no se implementan programas efectivos de rehabilitación y reintegración. Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), que han gestionado estos campos, planean disolverse e integrarse en la nueva administración para finales de 2025, lo que deja en el aire el destino de estas personas y de los cerca de 2.000 soldados estadounidenses que aún protegen la zona.
Mientras tanto, Turquía ha anunciado la formación de una nueva coalición regional, compuesta por países como Irak, Líbano, Jordania y Siria, para liderar la lucha contra el EI. Ankara busca así reemplazar el papel de Estados Unidos y su Coalición Internacional en la región. Ömer Özkizilcik, investigador del Atlantic Council, señala que Turquía ve al EI como una amenaza a su seguridad nacional, pero también quiere asegurarse de que Estados Unidos abandone Siria y deje de apoyar a las FDS.
Aunque la retirada de EE.UU. parece inminente, los expertos advierten que una salida prematura podría ser peligrosa. La coordinación entre las fuerzas locales y la comunidad internacional sigue siendo esencial para evitar que el EI se recupere y vuelva a amenazar la región. La estabilidad de Siria, su economía y su proceso político serán determinantes para asegurar una derrota duradera del grupo.