El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha centrado su plan de reactivación económica en la aplicación de aranceles, una medida que ha sido criticada por expertos y opositores por su falta de sentido en el comercio global actual. Economistas y políticos argumentan que esta estrategia podría generar inflación, perjudicar a los consumidores y profundizar la desigualdad social en el país.
Los aranceles propuestos por Trump han sido calificados como una solución obsoleta en un mundo donde el comercio se basa en cadenas globales de valor. Según Manuel Alejandro Hidalgo, economista de EsadeEcPol, los productos no se fabrican en un solo lugar, sino que involucran a múltiples países en su diseño, producción y distribución. Esto significa que imponer aranceles podría resultar en la aplicación de múltiples impuestos sobre un mismo producto, encareciendo su precio final.
Un ejemplo claro es el iPhone, que contiene piezas de más de 40 países antes de ser ensamblado en China. Este proceso complejo hace que los aranceles no solo sean ineficaces, sino que también aumenten los costos para los consumidores estadounidenses.
Además, la idea de que los aranceles atraerán inversiones industriales a EE.UU. es considerada absurda por los expertos. Sin una fuerza laboral adecuada y formación especializada, esta medida no solucionará los problemas económicos del país. En cambio, se sugiere que la clave para el crecimiento está en fortalecer la educación, la formación continua y la inversión en sectores emergentes.
Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez, destacados opositores de Trump, han llevado este mensaje a mítines por todo el país. Ambos denuncian la concentración extrema de riqueza y poder en manos de una oligarquía, y abogan por políticas que garanticen sanidad pública, vivienda y protección social mediante una reforma impositiva.
Mientras tanto, Wall Street comienza a mostrar signos de preocupación ante las políticas de Trump. El aumento de la deuda y las dudas sobre el dólar están generando incertidumbre en los mercados. Incluso activos como el oro y las criptomonedas están ganando terreno como refugios seguros para los inversores.
En conclusión, la estrategia de Trump de imponer aranceles parece estar fuera de sintonía con las realidades del comercio global y podría tener efectos negativos para la economía estadounidense. Expertos y políticos coinciden en que la solución no está en medidas proteccionistas, sino en fortalecer las áreas clave que permitan mantener la competitividad del país.