La relación entre Estados Unidos y sus aliados tradicionales está en crisis. El estilo agresivo del presidente Donald Trump y su vicepresidente, J.D. Vance, ha provocado un distanciamiento sin precedentes desde el final de la Guerra Fría. Países como Canadá, Reino Unido y Alemania están buscando reducir su dependencia de Washington y fortalecer vínculos con Europa y otras regiones. Este cambio está reconfigurando el tablero mundial.
Canadá es uno de los casos más llamativos. Históricamente un fiel aliado de Estados Unidos, el país ha tomado medidas concretas para alejarse de su vecino del sur. Tras la imposición de aranceles del 25% por parte de Trump y los insultos dirigidos al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, Ottawa ha decidido acercarse a Europa. “La histórica relación con Estados Unidos se acabó”, afirmó el primer ministro Mark Carney, quien, en un gesto simbólico, viajó a París en lugar de Washington tras asumir el cargo.
El descontento no se limita a Canadá. En Europa, líderes como Emmanuel Macron han expresado la necesidad de una mayor independencia de Estados Unidos. Alemania, bajo el liderazgo del canciller Friedrich Merz, y la Unión Europea, con la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, están trabajando en fortalecer su defensa y reducir la dependencia militar de Washington. Incluso Reino Unido, tradicionalmente cercano a Estados Unidos, está explorando un mayor acercamiento a Europa, a pesar de ser parte del sistema de inteligencia global conocido como los “Cinco Ojos”.
En Asia, el panorama también está cambiante. China, Corea del Sur y Japón, pese a sus tensiones históricas, han iniciado conversaciones para fortalecer su cooperación económica frente al proteccionismo impulsado por Estados Unidos. Medios oficiales chinos han mencionado incluso un frente común contra los aranceles de Trump, aunque Corea del Sur y Japón han matizado estas afirmaciones.
Expertos señalan que este realineamiento es consecuencia directa de la política agresiva de Trump, que ha erosionado la confianza de sus aliados. “Los países están buscando reducir su dependencia de Estados Unidos y diversificar sus relaciones económicas y de seguridad”, explica Jeremy Shapiro, director del centro de pensamiento ECFR en Estados Unidos.
Este proceso, aún en desarrollo, está redefiniendo las alianzas globales. Desde Europa hasta Asia, los países están evaluando cómo garantizar su seguridad y estabilidad en un mundo donde Estados Unidos ya no parece ser un aliado confiable. El futuro de las relaciones internacionales está en juego, y los resultados son aún inciertos.