El sistema de comercio global podría enfrentar un cambio radical esta semana, luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara su plan para imponer aranceles “recíprocos” a varios países. Este miércoles, Trump promete tomar medidas en respuesta a lo que considera prácticas comerciales injustas que han perjudicado a EE.UU. durante décadas. Su estrategia, basada en un enfoque proteccionista, ya ha generado tensión en los mercados y en las relaciones internacionales.
El anuncio se realizará en un evento en el jardín de la Rosaleda de la Casa Blanca, con la presencia de todo su gabinete. Según la secretaria de prensa de la administración, Karoline Leavitt, este plan busca acabar con lo que describen como “estafas comerciales” que han afectado al país. Sin embargo, los detalles específicos sobre cómo se implementarán estos aranceles y qué países serán los más afectados siguen siendo vagos.
Se espera que Trump aplique estos gravámenes bajo la Ley de Poderes de Emergencia Económica Internacional, una herramienta que ya ha utilizado en el pasado para presionar a países como México y Canadá. Sin embargo, esta medida podría enfrentar desafíos legales, ya que algunos demócratas ya han llevado casos similares a los tribunales.
El presidente ha enviado mensajes contradictorios en los últimos días. Mientras algunos miembros de su equipo sugirieron que los aranceles se centrarían en los principales socios comerciales, como China, la Unión Europea, México y Canadá, Trump aseguró que los gravámenes afectarían a “esencialmente todos” los países. Además, aunque ha mencionado ser “generoso” con algunos aliados, también ha presionado para que las medidas sean agresivas.
Los efectos de estas decisiones ya se están sintiendo. Los mercados han experimentado una volatilidad significativa, y muchos estadounidenses están reduciendo su gasto debido a la incertidumbre económica. Expertos advierten que estos aranceles podrían llevar a un aumento de precios en EE.UU. y, en el peor de los casos, a una recesión. A pesar de las afirmaciones de asesores como Pete Navarro, que sugieren que estas medidas podrían generar 600.000 millones de dólares anuales, muchos dudan de estos cálculos.
La política comercial de Trump también ha generado divisiones incluso dentro de su propio partido. Según una encuesta reciente, seis de cada diez estadounidenses desaprueban su manejo de las negociaciones comerciales. Incluso entre los republicanos, este es el aspecto de su gobierno con la valoración más baja, con un 27% de desaprobación.
En medio de esta turbulencia, algunos políticos republicanos están tomando medidas para mitigar el impacto en sus estados, coordinándose con industrias afectadas para buscar excepciones. Sin embargo, el futuro inmediato del comercio global sigue envuelto en incertidumbre, con el mundo pendiente del próximo movimiento de Trump.
En resumen, las decisiones de esta semana podrían marcar un punto de inflexión en las relaciones económicas internacionales, con consecuencias que podrían sentirse en todo el mundo.