El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha causado un nuevo revuelo al afirmar que los criminales que ingresan al país deben ser expulsados rápidamente, en lugar de ser juzgados. Sus declaraciones, compartidas en su red social Truth Social, critican la política de fronteras abiertas de su predecesor, Joe Biden, y advierten sobre un posible caos si se permite la entrada de personas con antecedentes penales.
En su publicación, Trump aseguró que es imposible juzgar a millones de personas y que la prioridad debería ser identificar y expulsar a los delincuentes de manera inmediata. Sus palabras llegan en medio de una creciente tensión por la expulsión de migrantes, en su mayoría venezolanos, hacia una megacárcel en El Salvador.
Este caso ha generado una batalla legal sin precedentes. El juez federal James Boasberg intentó declarar al Gobierno de Trump en desacato por ignorar una orden judicial y continuar con las expulsiones. Sin embargo, un tribunal de apelaciones en Washington D.C. bloqueó temporalmente esta decisión.
Trump justificó su acción invocando la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, utilizada históricamente en tiempos de guerra. Según él, muchos de los expulsados están vinculados a la organización criminal Tren de Aragua. No obstante, investigaciones de medios estadounidenses han revelado que la mayoría de los deportados no tienen antecedentes penales, lo que ha generado críticas.
Organismos internacionales y ONGs, como Human Rights Watch, han denunciado las expulsiones como una forma de "desaparición forzada". La Administración de Trump, por su parte, insiste en que los migrantes están relacionados con pandillas peligrosas, como MS-13.
Este caso sigue en desarrollo y podría tener repercusiones legales y políticas en el futuro inmediato. La tensión entre el poder judicial y el ejecutivo en Estados Unidos no parece tener un final cercano.
