El Gobierno británico ha anunciado una serie de medidas para apoyar a la industria automovilística tras la imposición de aranceles del 25% sobre las exportaciones de vehículos a Estados Unidos. Entre las medidas clave se incluye permitir la venta de vehículos híbridos hasta 2035, reducir las multas por incumplir cuotas de producción de coches eléctricos y flexibilizar las reglas para fabricantes de coches de lujo como Aston Martin y Bentley. El objetivo es dar un respiro al sector, que emplea a más de 152.000 personas y aporta casi 19.000 millones de libras a la economía británica.
El primer ministro, Keir Starmer, visitó una fábrica de Jaguar Land Rover (JLR) para reafirmar el compromiso del Gobierno con la industria. "Nadie está fingiendo que los aranceles sean una buena noticia", admitió Starmer. "Son un enorme desafío, pero estamos aquí para apoyar a la industria hasta el final".
Entre los cambios destacados, las empresas que no cumplan con la cuota mínima de producción de vehículos eléctricos (28% este año) ya no tendrán que comprar créditos a fabricantes como Tesla o BYD. Además, las multas por incumplir estas cuotas se han reducido de 15.000 a 12.000 libras por vehículo. Estas medidas han generado críticas de organizaciones ecologistas y partidos como los Verdes, quienes acusan al Gobierno de alejarse de sus objetivos climáticos.
Sin embargo, el Ejecutivo insiste en que estas medidas no afectarán significativamente las emisiones y ha anunciado rebajas fiscales para la compra de vehículos eléctricos, junto con una inversión de 2.300 millones de libras para mejorar la red de cargadores. "Mantenemos nuestra apuesta por la transición hacia los vehículos eléctricos", aseguró Starmer.
En un contexto de incertidumbre global, el Gobierno británico busca dar confianza al sector automovilístico. Starmer evitó hablar de represalias contra los aranceles estadounidenses y optó por enfocarse en negociar acuerdos comerciales beneficiosos con EE.UU. y otros países como India y Australia. "Este es un mundo cambiante", dijo. "Lucharemos por el mejor acuerdo con EE.UU. y reduciremos las barreras al comercio en todo el mundo".
En resumen, el Gobierno británico ha lanzado un paquete de medidas para apoyar a la industria automovilística, mientras intenta equilibrar los objetivos económicos y climáticos en un escenario global cada vez más desafiante.