El papa Francisco envía un mensaje de esperanza desde el Vaticano, pese a su ausencia por problemas de salud
El papa Francisco, quien se encuentra convaleciente por una infección respiratoria, no pudo oficiar personalmente la misa del Domingo de Resurrección en la plaza de San Pedro. Sin embargo, su mensaje de esperanza y solidaridad resonó fuerte entre los cerca de 35.000 fieles que asistieron al evento. En lugar del pontífice, el cardenal Angelo Comastri leyó la homilía preparada por Francisco, en la que invitó a los creyentes a buscar a Cristo en la vida cotidiana y en los rostros de quienes sufren.
A pesar de su estado de salud, se esperaba que el papa se asomara al balcón de la basílica de San Pedro para ofrecer la tradicional bendición Urbi et Orbi. Su mensaje, transmitido a través de Comastri, subrayó la importancia de no refugiarse en seguridades religiosas, sino de buscar a Jesús en los pequeños actos de amor y en la alegría de la vida.
Francisco también hizo hincapié en que Jesucristo "llora las lágrimas de quien sufre" y está presente en el día a día de las personas. El papa alentó a los fieles a no dejarse abatir por la tristeza, sino a mirar más allá y descubrir la presencia de Jesús en todo momento.
Este mensaje concluyó una Semana Santa marcada por la ausencia del pontífice en la mayoría de los ritos. Sin embargo, Francisco sorprendió a los fieles al aparecer el sábado en la basílica de San Pedro para rezar y saludar a grupos de peregrinos estadounidenses. Además, mantuvo su tradicional visita a la cárcel de Regina Coeli el Jueves Santo, donde saludo a los reclusos, aunque su voz sonó débil debido a su estado de salud.
A pesar de los desafíos que enfrenta, el papa Francisco sigue siendo un símbolo de fortaleza y compasión para millones de personas en todo el mundo. Su mensaje de esperanza y su llamado a la solidaridad resuenan con fuerza en este tiempo de celebración y reflexión.
