El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, planea destituir al jefe del Servicio de Inteligencia Nacional (Shin Bet), Ronen Bar, en una votación este miércoles. Netanyahu justifica la medida debido a una supuesta "pérdida de confianza" en Bar, a quien culpa de los fallos de seguridad previos al ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023. Sin embargo, la oposición insinúa que el despido podría estar relacionado con una investigación sobre posibles fondos qataríes recibidos por asesores cercanos a Netanyahu.
La polémica detrás del cese
Netanyahu lleva meses considerando la destitución de Bar, especialmente después de que el Shin Bet admitiera fallos en su evaluación del ataque del 7 de octubre. El informe del organismo también señaló el factor clave del financiamiento qatarí a Hamás. Esto ha generado sospechas, ya que se investiga si cientos de miles de dólares fueron transferidos desde Qatar a asesores del primer ministro en los últimos meses.
El líder de la oposición, Yair Lapid, ha acusado a Netanyahu de anteponer sus intereses personales a la seguridad del país. Lapid califica el caso como "Qatargate" y asegura que es la verdadera razón del intento de destituir a Bar. "Netanyahu ha vuelto a anteponer sus intereses privados al bien del país", declaró.
La reacción de Bar
Ronen Bar prefería dimitir voluntariamente en lugar de ser cesado. Sin embargo, la fiscal general, Gali Baharav-Miara, ha advertido que cualquier decisión sobre su futuro debe ser consultada con su departamento, algo que no ha sucedido.
En un comunicado, Netanyahu expresó una "desconfianza constante" hacia Bar y afirmó que su cese es un "paso crucial" para la rehabilitación del Shin Bet y para evitar futuros desastres como el del 7 de octubre.
El cierre de la controversia
El debate sobre la destitución de Bar sigue en el centro de la atención política en Israel. Mientras Netanyahu insiste en que es una medida necesaria para la seguridad del país, la oposición y partes del sistema judicial cuestionan sus motivos, sugiriendo que podría estar relacionado con escándalos financieros. La votación del miércoles será clave para definir el futuro del Shin Bet y la credibilidad del gobierno actual.
