La líder opositora venezolana María Corina Machado ha celebrado la decisión del gobierno de Donald Trump de revocar la licencia de operación de la petrolera Chevron en Venezuela. Esta medida busca cortar el flujo de dinero que financia al régimen de Nicolás Maduro, al que Machado acusa de liderar redes criminales y reprimir a la población. La decisión, según la opositora, es un paso clave para debilitar al gobierno venezolano y avanzar hacia una transición democrática.
Machado, en un mensaje publicado en redes sociales, destacó que la medida protege los intereses de Estados Unidos al evitar que el régimen de Maduro reciba fondos para financiar la represión y el narcotráfico. Además, afirmó que esta decisión posiciona a las empresas estadounidenses para liderar una futura apertura en Venezuela, una vez que se restablezca la democracia. “El cierre de flujos financieros al régimen ya está generando angustia y divisiones dentro del gobierno”, aseguró.
La revocación de la licencia de Chevron, anunciada semanas atrás, entró en vigor esta semana. La petrolera ya no puede producir petróleo en Venezuela, aunque sí está autorizada para mantener sus activos y realizar operaciones esenciales de mantenimiento. Un comunicado de la empresa confirmó que cumple con todas las leyes y regulaciones aplicables, incluidas las sanciones impuestas por Estados Unidos.
Esta decisión representa un duro golpe para la economía venezolana, que depende en gran medida de la exportación de petróleo. Chevron había sido clave en la reactivación de la producción nacional, y su retirada podría agravar la crisis económica y social que atraviesa el país. Fuentes cercanas al caso explicaron que las nuevas restricciones son incluso más severas que las aplicadas entre 2020 y 2022.
Machado reiteró su compromiso con la lucha por la libertad en Venezuela y expresó su confianza en que el vínculo con Estados Unidos permitirá al país convertirse en un “socio seguro y confiable” en la región. “Estamos trabajando, luchando, avanzando ¡hasta el final!”, prometió.
En resumen, la revocación de la licencia de Chevron en Venezuela marca un nuevo capítulo en la presión internacional contra el régimen de Maduro, mientras la oposición venezolana ve en esta medida una oportunidad para avanzar hacia un cambio político en el país.