Haití sufre un apagón masivo desde el martes tras un ataque a su principal central hidroeléctrica. Personas desconocidas irrumpieron en la planta de Peligre, ubicada en el Plateau Central, lo que obligó a la empresa estatal Electricidad de Haití (EDH) a suspender el servicio en todas las zonas que abastece. El suceso, calificado como un “acto atroz” por la EDH, ha sumido al país en un caos mayor, ya afectado por una grave crisis de seguridad.
El impacto del ataque
En un comunicado divulgado este jueves, la EDH describió el incidente como un “boicot” que aún no ha sido reivindicado por ningún grupo. La empresa expresó su preocupación por las consecuencias del ataque, señalando que el sistema eléctrico del país enfrenta dificultades operativas que se agravan con este tipo de eventos. “Es una confusión total en un país ya golpeado por el desorden”, indicó la compañía. Además, advirtió que los equipos de generación eléctrica son costosos y difíciles de reparar o reemplazar.
Un llamado a las autoridades
La EDH hizo un llamado urgente a las autoridades para que investiguen el incidente, sancionen a los responsables y refuercen la seguridad de la hidroeléctrica de Peligre, considerada una infraestructura estratégica y patrimonio nacional. “Estamos listos para reanudar el servicio eléctrico lo antes posible, pero primero se debe garantizar la seguridad de nuestros técnicos y empleados”, aseguró la empresa en su comunicado.
Un país en crisis
Este nuevo golpe al sistema eléctrico ocurre en medio de una profunda crisis de seguridad en Haití. Según datos de la Oficina de la ONU en el país (Binuh), solo entre enero y marzo de este año, 1,617 personas murieron y 580 resultaron heridas en actos violentos relacionados con bandas armadas, grupos de autodefensa, civiles y fuerzas de seguridad. En total, durante 2024, la violencia ha dejado al menos 5,626 muertos, 2,213 heridos y 1,494 secuestrados. Además, más de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares debido a la inseguridad.
Un futuro incierto
Mientras las autoridades intentan restablecer el orden, la población haitiana enfrenta un presente lleno de incertidumbre. El apagón no solo afecta la vida cotidiana, sino que también complica los esfuerzos por reactivar una economía ya debilitada. La EDH insiste en que trabaja sin descanso para solucionar el problema, pero advierte que los recursos son limitados y los desafíos, enormes.
En un país donde la luz parece escasear tanto como la esperanza, este ataque a la central hidroeléctrica de Peligre es un recordatorio más de la urgencia de encontrar soluciones duraderas para la crisis que enfrenta Haití.