Haití: el periodismo se ejerce bajo amenaza y pobreza en medio del caos armado

El periodismo en Haití: una profesión de alto riesgo en medio del caos

En Haití, ser periodista es una tarea cada vez más peligrosa. La violencia de las bandas armadas, el colapso del Estado y la impunidad generalizada han convertido al país en uno de los lugares más hostiles para ejercer esta profesión. Según el último informe de Reporteros Sin Fronteras (RSF), Haití ocupa el puesto 111 de 180 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, retrocediendo respecto a años anteriores.

Un entorno de violencia y control

Las bandas armadas han extendido su control sobre el 85% de Puerto Príncipe, la capital, lo que ha obligado a los periodistas a limitar su trabajo a unos pocos barrios considerados "seguros". Incluso en estas zonas, el riesgo es alto. Muchos profesionales han optado por el exilio para proteger sus vidas.

En 2022, al menos seis periodistas fueron asesinados por motivos relacionados con su trabajo. Aunque en 2024 no se han registrado muertes, la amenaza sigue latente. La ausencia de un Estado de derecho permite que estos crímenes queden impunes, lo que agrava la situación.

Crisis económica y falta de recursos

Haití, el país más pobre de América, enfrenta una profunda crisis económica que también afecta a los periodistas. La mayoría de ellos carece de recursos financieros y apoyo institucional, lo que dificulta su labor. Muchos profesionales no pueden cubrir ni siquiera sus necesidades básicas, como la alimentación.

Además, el acceso a la información es limitado, y los periodistas enfrentan obstáculos legales para proteger su seguridad. Aunque la Constitución garantiza la libertad de prensa, en la práctica, esta no se respeta.

Ataques y amenazas constantes

Las protestas, a menudo violentas, son otro escenario peligroso para los periodistas. Tanto las fuerzas del orden como los manifestantes han intimidado y atacado a los informadores. Desde 2018, más de 15 periodistas y trabajadores de la prensa han sido asesinados, ya sea por bandas armadas o por agentes de la Policía Nacional.

En los últimos meses, varios medios de comunicación han sufrido actos vandálicos, incluyendo incendios, y algunos han tenido que abandonar sus sedes debido a las amenazas de las bandas.

Conclusión

El periodismo en Haití es una profesión acorralada por la violencia, la impunidad y la crisis económica. Los periodistas luchan por informar en un entorno donde su seguridad y su sustento están en constante riesgo. Mientras el país no logre restablecer el orden y garantizar los derechos fundamentales, ejercer esta profesión seguirá siendo una tarea de alto riesgo.

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