Desde que la organización terrorista Hamás atacó por sorpresa a Israel el 7 de octubre y se desató una nueva guerra en la Franja de Gaza, muchos líderes europeos han cruzado el Mediterráneo para mostrar solidaridad con Israel. Es el caso de los presidentes de la Comisión y del Parlamento Europeo, Úrsula von der Leyen y Roberta Metsolade la canciller alemana Olaf Scholz y el presidente francés, Emanuel Macron. A finales de la semana pasada, y tras la gira del alto representante para la política exterior de la UE, Josep Borrellel presidente español lo hizo, Pedro Sánchezy su homólogo belga, Alejandro De Crooes decir, el país que ostenta la actual presidencia de la UE y que tomará el relevo en enero.
Sánchez y De Croo no pertenecen a la misma corriente política (el belga es liberal), pero representan posiciones muy similares sobre la guerra y él fue el socio perfecto para el mensaje que Moncloa busca transmitir con el primer viaje al extranjero de la legislatura. Su petición de “alto el fuego” y sus críticas a la muerte “indiscriminada”” de civiles (aunque también denunciaron la “barbarie de Hamás”) ha desatado una crisis diplomática por parte de Israel.
¿Hablaba Sánchez en nombre de la UE?
España ocupa la presidencia semestral de la UE este segundo semestre de 2023 y Bélgica lo hará durante los primeros seis meses de 2024. Este papel no otorga a sus líderes poderes especiales en materia de política exterior ni les da la capacidad de representar o hablar en nombre de la UE en la escena internacional, algo que desde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa en 2009 asume el Presidente del Consejo Europeo (Carlos Miguel) y el alto representante de la política exterior y de seguridad común de la UE (Josep Borrell).
¿Qué hay detrás del ataque diplomático de Israel?
Ningún jefe de Estado o de Gobierno de la UE que visite un tercer país tiene que informar o justificar ante el resto de socios o instituciones europeas ni la visita ni su postura. Está dentro de sus competencias soberanas (aunque generalmente se da por sentado que no habrá viajes a países como Corea del Norte, Siria o Bielorrusia). En Bruselas, sin embargo, restan importancia a la virulenta respuesta de la El gobierno de Benjamín Netanyahu y lo encuadran como una “reacción exagerada” y “sobreactuación” del presidente israelí por motivos de política interna, para desviar la atención del “fracaso” del Gobierno cada vez más cuestionado internamente.
¿Su mensaje modifica la posición común de la UE?
Absolutamente. "Esta visita ha sido puramente bilateral y no tiene ningún impacto en la posición de la UE", insisten los portavoces europeos en la posición común europea tejido con muchas dificultades en las últimas semanas y que pasa por denunciar la Ataque terrorista de Hamásla petición de liberación de todos los rehenes y la búsqueda de una solución al conflicto basada en reconocimiento de los dos estados: Israel y Palestina. "Tras el impacto de los primeros días, las posiciones de los aliados se han acercado. Se habla de una solución de dos Estados (…) Hay un grado muy alto de cohesión sobre cómo salir de esta situación, comprendiendo "El derecho de Israel a defenderse, apoyando la liberación de rehenes y constituyendo una solución de dos Estados", afirman otras fuentes.
¿Está la UE considerando reconocer a Palestina ahora?
El tema no está actualmente sobre la mesa aunque la UE insiste en que la solución al conflicto pasa por el reconocimiento no sólo de Israel sino también de Palestina. Pedro Sánchez, sin embargo, sí planteó durante su viaje a la zona la posibilidad de reconocer unilateralmente el territorio. Hasta ahora son 8 países de la Unión Europea quienes han reconocido la existencia del territorio como estado: Bulgaria, República Checa, Chipre, Hungría, Malta, Polonia, Rumanía y Eslovaquia lo hicieron en 1988 mientras que en 2014 lo hizo Suecia con los socialdemócratas en el poder. Actualmente, 22 Estados miembros tienen presencia física en Palestina, los únicos que no la tienen son Luxemburgo, Croacia, Estonia, Letonia y Eslovaquia, que no la tienen, según fuentes de la UE, cuyo “representante no residente” viaja regularmente a Jerusalén y Ramallah.