Guardacostas libios interceptaron esta semana varias embarcaciones precarias con 563 migrantes a bordo, en su mayoría hombres, según informó la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Los migrantes, entre los que había 43 mujeres y 12 menores, fueron devueltos a Libia, un país considerado "no seguro" por organizaciones humanitarias.
Las embarcaciones fueron interceptadas en la ruta migratoria del Mediterráneo Central, la más peligrosa del mundo, y los migrantes fueron desembarcados en puertos como Azawiya, Tobruk y Trípoli. Desde el inicio de 2024, las autoridades libias han interceptado a 4.767 personas, incluyendo 3.977 hombres, 512 mujeres y 208 menores.
Sin embargo, esta ruta sigue siendo mortal. Este año, al menos 82 personas han perdido la vida y otras 58 están desaparecidas. En 2024, un total de 21.762 migrantes irregulares han sido devueltos a Libia, mientras que 665 han muerto y 1.034 siguen desaparecidas en el Mediterráneo.
Libia, un país con una población de siete millones de habitantes, es uno de los principales puntos de tránsito para quienes buscan llegar a Europa. A pesar de esto, organizaciones humanitarias han denunciado abusos sistemáticos en los centros de detención libios, incluidos torturas, violencia sexual y explotación laboral.
El país acoge a cerca de 720.000 personas de 44 países, en su mayoría africanos, según la OIM. La situación de los migrantes en Libia sigue siendo crítica y peligrosa, poniendo en evidencia la urgencia de una solución humanitaria a esta crisis.