El Gobierno laborista del Reino Unido ha lanzado un polémico plan para recortar el gasto en prestaciones sociales y fomentar que miles de personas regresen al mercado laboral. La ministra de Trabajo y Pensiones, Liz Kendall, ha presentado medidas que endurecerán el acceso a las ayudas por enfermedades físicas o mentales, especialmente entre los jóvenes. El objetivo es ahorrar unos 5.000 millones de libras en los próximos cinco años.
El plan incluye cambios en el Crédito Universal, una ayuda para personas con bajos ingresos, que aumentará en 775 libras en los próximos años. Sin embargo, se reducirá el complemento por problemas de salud o discapacidad para nuevas solicitudes a partir de 2025. Además, los menores de 22 años no podrán reclamar este complemento. El dinero ahorrado se destinará a programas de trabajo y formación para jóvenes.
Kendall también ha anunciado que eliminará el sistema de Evaluación de las Capacidades Laborales (WCA) en 2028, que determina si una persona está incapacitada para trabajar. El objetivo es incentivar a más personas a buscar empleo. "El sistema de seguridad social estará disponible para quienes lo necesiten, pero quienes puedan trabajar deben tener las mismas oportunidades", declaró la ministra.
El gasto en prestaciones por enfermedad o incapacidad ha aumentado en 20.000 millones de libras desde la pandemia y se espera que crezca otros 18.000 millones en los próximos cinco años, alcanzando los 70.000 millones. Kendall ha señalado que el aumento de solicitudes entre jóvenes y por problemas de salud mental y aprendizaje hace insostenible la situación actual.
El plan ha generado críticas dentro del propio partido laborista. La diputada Debbie Abrahams, presidenta de la comisión de Trab