Un nuevo escándalo sacude a la Administración de Donald Trump: el asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, se ha visto envuelto en el llamado ‘Gmailgate’. Según revela The Washington Post, Waltz y al menos uno de sus ayudantes utilizaron cuentas personales de Gmail para asuntos oficiales, incluyendo conversaciones sobre temas sensibles como operaciones militares y sistemas de armamento.
La investigación del Post se basa en documentos revisados y en entrevistas con tres fuentes anónimas del gobierno. Se ha confirmado que, además de Waltz, uno de sus colaboradores usó el servicio de correo electrónico de Google para mantener “conversaciones de alto contenido técnico” con colegas de otras agencias. En dichos intercambios se abordaron temas delicados, como “posiciones militares sensibles” y sistemas de armamento vinculados a un conflicto en curso.
Por su parte, Waltz también habría utilizado su cuenta personal de Gmail para comunicaciones menos críticas, pero que aún podrían haber sido explotadas si cayeran en manos equivocadas. Entre estos mensajes se encontraban horarios y otros documentos de trabajo.
Brian Hughes, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, ha defendido a Waltz, asegurando que el asesor “no envió y no enviaría información clasificada en una cuenta abierta” de correo electrónico. Sin embargo, esta no es la primera vez que Waltz se enfrenta a la polémica. Recientemente, se vio envuelto en el escándalo de Signal, una aplicación de mensajería donde creó un grupo para discutir el ataque a los hutíes en Yemen, al que invitó por error a un periodista.
Aunque el presidente Trump ha respaldado públicamente a Waltz como “un buen hombre”, en privado la relación parece más tensa. La semana pasada, Trump mantuvo una reunión con su equipo donde se discutió la posibilidad de despedir a Waltz. Finalmente, decidió mantenerlo en el cargo, argumentando que hacerlo evitaría que los medios progresistas criticaran su administración.
Este nuevo escándalo añade más presión a un gobierno ya bajo escrutinio, mientras los cuestionamientos sobre la gestión de la seguridad nacional continúan creciendo.