El primer ministro de Rumanía, Marcel Ciolacu, ha anunciado este lunes su dimisión tras la aplastante victoria del candidato de extrema derecha, George Simion, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Simion, quien superó el 40% de los votos, dejará fuera de la carrera al candidato respaldado por el Gobierno actual. Ciolacu asegura que su coalición ya no tiene legitimidad tras el resultado.
La segunda vuelta enfrentará a Simion contra el actual alcalde de Bucarest, Nicusor Dan, un independiente proeuropeo. Dan, que quedó segundo por un estrecho margen, es conocido por su postura reformista y su apoyo a la OTAN. Por su parte, Simion, admirador de Donald Trump, es eurocrítico y contrario a enviar más ayuda a Ucrania.
Esta elección es crucial para Rumanía, un país con un rol estratégico en el flanco sudeste de la OTAN. El próximo presidente tendrá un papel clave en política exterior y defensa, en un momento de gran tensión internacional.
Rumanía, uno de los países más pobres de la Unión Europea, enfrenta también desafíos económicos importantes. Con una inflación alta y un déficit presupuestario que supera el 9% del PIB, el próximo Gobierno tendrá que tomar medidas drásticas para estabilizar la economía.
La segunda vuelta, prevista para el 18 de mayo, definirá el rumbo del país en los próximos años, marcando el choque entre dos visiones opuestas: la proeuropea y reformista de Dan, y la nacionalista y crítica con la UE de Simion.
Rumanía está en una encrucijada política y económica, y la decisión de los votantes en las próximas semanas podría tener repercusiones tanto a nivel nacional como internacional.













