El Gobierno de Estados Unidos ha alcanzado un récord preocupante: 36 días de cierre parcial debido a la falta de acuerdo en el Congreso para aprobar su financiación. Este bloqueo ha dejado a millones de personas en situaciones críticas, desde funcionarios públicos sin sueldo hasta familias que dependen de ayudas para alimentos. Aunque los republicanos y los demócratas no han mostrado señales de acuerdo, los recientes malos resultados electorales del Partido Republicano podrían cambiar el panorama.
El presidente Donald Trump ha culpado al cierre del Gobierno por los malos resultados de su partido y ha pedido a los republicanos que actúen rápidamente. Ha sugerido eliminar el filibusterismo, una regla del Senado que requiere 60 votos para avanzar en ciertas leyes. Sin embargo, algunos republicanos se oponen a cambiar esta norma, temiendo que les perjudique si pierden la mayoría en el futuro.
Este no es el primer cierre prolongado bajo el mandato de Trump. En 2018, el Gobierno estuvo cerrado durante 35 días por disputas sobre la financiación del muro fronterizo con México. Esta vez, el desacuerdo gira en torno a las subvenciones a los seguros sanitarios, que los demócratas quieren mantener, mientras los republicanos insisten en que no negociarán hasta que el Gobierno reabra.
Impacto en la ciudadanía
Los ciudadanos son los más afectados. Más de 42 millones de estadounidenses que dependen de cupones de comida han visto reducida su ayuda, aunque los tribunales han obligado a usar fondos de emergencia para cubrir la mitad del programa. Además, 750.000 funcionarios han sido suspendidos sin pago, afectando servicios clave como Hacienda, Seguridad Social y atención a pequeños empresarios.
Los parques nacionales y museos Smithsonian permanecen cerrados, y los aeropuertos están al borde del caos. Más de tres millones de vuelos han sufrido retrasos o cancelaciones desde octubre, ya que los controladores aéreos, aunque siguen trabajando, no han recibido su salario durante un mes.
“Ninguno de ellos puede perder dos nóminas”, advirtió el secretario de Transportes, Sean Duffy, quien alertó sobre posibles retrasos masivos, cancelaciones e incluso el cierre parcial del espacio aéreo si la situación no se resuelve.
Mientras tanto, senadores y diputados continúan cobrando sus salarios, lo que ha aumentado el malestar entre la población. Por ahora, no hay solución a la vista, y el cierre del Gobierno sigue afectando gravemente la vida de millones de estadounidenses.













