La histórica victoria del Paris Saint-Germain (PSG) en la final de la Champions League se vio ensombrecida por una ola de disturbios y violencia que dejó dos muertos, más de 500 detenidos y cientos de heridos en varias ciudades de Francia. Las celebraciones se tornaron caóticas, con enfrentamientos, incendios y saqueos que han generado un intenso debate político y social.
El presidente francés, Emmanuel Macron, condenó los incidentes durante un encuentro con el equipo en el Palacio del Elíseo. "Nada puede justificar lo ocurrido en las últimas horas, los enfrentamientos violentos son inaceptables", afirmó. Además, prometió que las autoridades serán "implacables" al castigar a los responsables.
Las víctimas fatales incluyen a un joven de 17 años, apuñalado en el pecho en Dax, y a otro de unos 20 años, atropellado mientras conducía un scooter en París. El conductor del vehículo huyó inicialmente, pero luego se entregó a la policía. Las imágenes del atropello se viralizaron en redes sociales, mostrando la crudeza de los hechos.
Los disturbios también dejaron a un agente de policía en coma inducido tras ser alcanzado por un petardo en La Mancha. En total, 22 miembros de las fuerzas de seguridad y siete bomberos resultaron heridos, con lesiones que incluyen fracturas, desgarros musculares y heridas por objetos contundentes.
La violencia se extendió por varias ciudades, con 692 incendios reportados, 264 de los cuales afectaron a vehículos. Comercios en los Campos Elíseos y en localidades como Annemasse, Pau y Nantes sufrieron daños materiales. En París, epicentro de los disturbios, se registraron 491 detenciones de las 559 totales en el país. Además, 320 personas fueron puestas a disposición judicial.
El ministro del Interior, Bruno Retailleau, calificó a los responsables de los disturbios como "bárbaros y matones" y pidió firmeza en la respuesta policial. Por su parte, el primer ministro, François Bayrou, envió un mensaje de apoyo a las fuerzas del orden, mientras que líderes de la oposición criticaron el uso de gases lacrimógenos y la gestión de la seguridad.
El PSG, campeón de Europa, fue recibido en París con un desfile en el que las autoridades mantuvieron una estricta vigilancia para evitar nuevos incidentes. Sin embargo, la noche de celebraciones dejó un saldo trágico: dos fallecidos, cientos de detenidos, decenas de heridos y cuantiosos daños materiales. Las investigaciones continúan, y el gobierno ha prometido reforzar las medidas de seguridad para futuros eventos.