Los cardenales de todo el mundo ya han comenzado a decidir quién será el próximo Papa, mientras la sucesión de Francisco entra en su fase más crucial. Tras el entierro del pontífice, el proceso electoral se intensificará, según ha confirmado el periódico italiano Domani. Este sábado, alrededor de 190 cardenales ya estaban en Roma, según la Oficina de Prensa del Vaticano.
El cardenal alemán Reinhard Marx, una figura clave dentro de la Iglesia y exmiembro del grupo que asesoraba directamente a Francisco, no ha ocultado que las discusiones sobre el futuro Papa ya han comenzado. "El cónclave durará pocos días", ha señalado Marx, quien también ha destacado que las reuniones previas son fundamentales para el proceso. Estas congregaciones generales, que reúnen a los 252 cardenales con derecho a participar, son tan secretas como el propio cónclave. Nadie fuera de los "príncipes de la Iglesia" puede presenciarlas.
El secretismo es una constante en este tipo de decisiones. El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, ha tenido que esquivar las preguntas de los periodistas, limitándose a decir que los cardenales han discutido "cuestiones de mundo y de la Iglesia". Las leyes vaticanas exigen discreción durante este periodo de Sede Vacante, y poco más se sabe sobre lo que ocurre tras las puertas cerradas.
La primera congregación se celebró el martes 22, un día después de la muerte de Francisco, y la siguiente está programada para este lunes por la mañana. Los cardenales también visitarán la tumba del Papa en la basílica de Santa Maria la Mayor, abierta ya al público.
Una de las incógnitas de este proceso es la influencia de los cardenales provenientes de países fuera de Europa, una región que tradicionalmente ha tenido un peso mayor en la elección papal. Francisco nombró a muchos cardenales de regiones remotas durante su papado, lo que significa que algunos se verán por primera vez en estas reuniones. Este factor podría jugar a favor del cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, una figura conocida por los prelados internacionales y considerado por muchos como el favorito para el cargo.
El proceso electivo, aunque modernizado, sigue siendo un reflejo de la compleja historia de la Iglesia. Lo que antes eran intrigas entre potencias católicas, ahora se traduce en un mundo globalizado que la Iglesia tendrá que afrontar. La película Cónclave, aunque ficción, no está tan lejos de la realidad que vive el Vaticano en estos días.
El futuro de la Iglesia católica está en juego, y el mundo espera con atención quién será el próximo líder espiritual de más de mil millones de fieles.
