Los negocios de comida en Boca Chica, República Dominicana, están incumpliendo una orden clave del Instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor (Pro Consumidor). A pesar de que se les dio un plazo de 15 días para colocar los precios de sus menús en letreros visibles, más de un mes después, la mayoría de los establecimientos no han acatado la disposición. Esta medida fue implementada para evitar abusos en los precios y proteger a los consumidores de gastos sorpresa durante sus visitas a la popular playa.
Una medida incumplida
A mediados de marzo, Pro Consumidor detectó prácticas abusivas en los costos de los platos servidos en los restaurantes de Boca Chica. Tras una reunión con las autoridades locales, se acordó que los negocios tenían hasta el 30 de marzo para colocar los precios en letreros grandes y visibles. Sin embargo, un recorrido realizado este Viernes Santo en 16 establecimientos ubicados junto a la playa reveló que solo dos cumplieron con la orden: uno usó una pizarra y otro una valla grande. Los otros 14 siguen sin mostrar precios claros.
Eddy Alcántara, director ejecutivo de Pro Consumidor, explicó que esta medida busca proteger a los consumidores y evitar malentendidos al momento de pagar. "Es fundamental que los clientes puedan evaluar si los precios se ajustan a su presupuesto antes de realizar una compra", señaló. Adicionalmente, aseguró que los operativos de verificación se llevarán a cabo en coordinación con las autoridades municipales y otras agencias estatales.
Protección al consumidor
La iniciativa de Pro Consumidor surge como respuesta a quejas recurrentes sobre cobros excesivos o poco claros en los restaurantes de la zona. La falta de visibilidad en los precios dificulta que los turistas y visitantes locales puedan tomar decisiones informadas sobre sus compras. Según Alcántara, esta medida no solo beneficia a los consumidores, sino también a los comerciantes, al evitar contratiempos y fomentar la confianza en sus negocios.
Un llamado al cumplimiento
Pese a las advertencias y el tiempo otorgado, el incumplimiento generalizado de los establecimientos deja en evidencia la necesidad de acciones más firmes por parte de las autoridades. Pro Consumidor ha reiterado que continuará con los operativos de verificación y que aquellos negocios que no cumplan podrían enfrentar sanciones.
Conclusión
La situación en Boca Chica refleja un desafío persistente en la protección al consumidor en zonas turísticas. Aunque la medida de Pro Consumidor es un paso importante, su efectividad dependerá de la colaboración de los comerciantes y la aplicación rigurosa de las normas. Mientras tanto, los visitantes deben estar atentos y exigir transparencia en los precios para evitar sorpresas al momento de pagar.