La transición energética en República Dominicana: un desafío más allá del sol y el viento
El desarrollo de las energías renovables en el país requiere de una pieza clave: sistemas de almacenamiento eficientes.
La República Dominicana avanza hacia una matriz energética más limpia, pero el camino no está exento de desafíos. Edwin De los Santos, presidente de AES Dominicana, subrayó que la transición energética del país necesita algo más que sol y viento: tecnologías de almacenamiento que garanticen la estabilidad del sistema.
Durante una reciente entrevista, De los Santos explicó que, aunque las energías solar y eólica han crecido significativamente, su intermitencia plantea un problema. “Podemos tener un 20 o 30 % del suministro eléctrico proveniente del viento y el sol, pero si viene una nube o para el viento, la generación cae”, señaló.
La importancia del almacenamiento
La clave para consolidar las energías renovables está en la capacidad de almacenar la energía generada durante el día y liberarla en los momentos de mayor demanda, como las noches. De los Santos destacó que integrar sistemas de almacenamiento no solo estabiliza el sistema, sino que también puede reducir los costos de generación.
El ejecutivo estimó que el país necesitaría entre 100 y 200 megavatios en capacidad de almacenamiento para apoyar el crecimiento proyectado de las energías renovables. Esta inversión, aseguró, permitiría construir una matriz energética más diversificada y resiliente.
Los retos de la energía eólica
Aunque la energía solar ha experimentado un crecimiento acelerado en República Dominicana, la energía eólica enfrenta obstáculos, principalmente debido a los altos costos de instalación. “Ahora contamos con aerogeneradores mucho más eficientes, que superan los cinco o seis megavatios, pero sigue siendo más costoso que la energía solar”, explicó De los Santos.
Sin embargo, el ministro de Energía y Minas, Joel Santos, destacó recientemente un avance significativo: la generación eólica superó los 300 megavatios (MW) en momentos de máxima demanda, consolidándose como la segunda fuente de generación eléctrica en el país durante ese periodo.
Menos volatilidad, más resiliencia
Una matriz energética con mayor participación de fuentes limpias no solo representa un ahorro, sino que también reduce la exposición del país a la volatilidad de los precios internacionales de los combustibles. “La República Dominicana no es productora de combustibles fósiles; tenemos que aprovechar lo que Dios nos dio: viento y sol”, afirmó De los Santos.
Con una visión clara hacia la sostenibilidad, el país busca fortalecer su infraestructura energética para garantizar un futuro más limpio y estable. El impulso de las energías renovables, combinado con tecnologías de almacenamiento, podría marcar un antes y un después en la historia energética dominicana.
Un cierre con miras al futuro
La transición hacia una matriz energética más limpia y eficiente es un desafío complejo, pero necesario. Edwin De los Santos dejó en claro que la República Dominicana tiene los recursos naturales para lograrlo, pero requerirá de inversión, innovación y una estrategia clara para integrar las tecnologías que garanticen su éxito.
El sol y el viento son solo el comienzo; el futuro energético del país depende de cómo se gestionen estos recursos para construir un sistema más resiliente y sostenible.