La artesanía dominicana encuentra su mayor aliado en el turismo

La artesanía dominicana encuentra su mayor aliado en el turismo

La artesanía dominicana: un puente entre la cultura y el turismo

La artesanía dominicana, con su vibrante diversidad de colores, formas y texturas, se ha convertido en un símbolo cultural y económico clave para el país. Desde tallas en madera inspiradas en la mitología taína hasta joyería elaborada con ámbar y larimar, esta industria no solo preserva las tradiciones locales, sino que también se ha integrado de manera estratégica al sector turístico, generando oportunidades para miles de familias.

Milcíades Mercedes: tallando sueños en madera

Milcíades Mercedes, un artesano de Miches, es un ejemplo de cómo la pasión puede convertirse en una fuente de ingresos. Hace más de 15 años, comenzó a tallar madera como un pasatiempo, inspirándose en la cultura taína. Hoy, sus piezas decoran hoteles como Viva Miches by Wyndham Resorts y el Zemi Miches All-Inclusive Resorts, en desarrollo. "Este desarrollo nos permite llevar nuestra cultura a los turistas y, al mismo tiempo, mejorar la economía de nuestras familias", afirma Mercedes.

El Mercado Modelo: un escaparate para la artesanía

Fausto Jiménez, comerciante del Mercado Modelo en Santo Domingo, representa otra cara de esta historia. Desde 1984, ha dedicado su vida a vender artesanías locales, desde joyería de ámbar hasta sombreros de cana. "Vivo del turismo", asegura Jiménez, destacando cómo este sector sostiene su negocio. Según cifras del Banco Central, en 2023 los turistas gastaron en promedio 167.75 dólares diarios, de los cuales una parte se destinó a la compra de souvenirs.

El desafío de la competencia desleal

No todo es color de rosa para los artesanos dominicanos. La importación de productos que imitan la artesanía local, provenientes de países como China o Indonesia, representa una competencia desleal. Aramis Ciriaco, artesano con más de 50 años de experiencia, señala que "el 80 % de las artesanías en los polos turísticos son importadas". Esto ha llevado a pedidos de regulaciones más estrictas para proteger la industria local.

Capacitación y organización: claves para el futuro

El Centro Nacional de Artesanía (Cenadarte) y otras iniciativas privadas están trabajando para fortalecer el sector. Cenadarte ofrece talleres en cerámica, madera y fibras naturales, así como formación en marketing y redes sociales para que los artesanos puedan vender sus productos de manera más efectiva. Además, proyectos como el Taller de Artesanas Nuestra Señora de Punta Cana han capacitado a más de 200 mujeres, generando ingresos de hasta 2 millones de pesos al año.

Conclusión: un sector con potencial

La artesanía dominicana no solo es un reflejo de la rica cultura del país, sino también un motor económico vinculado al turismo. Aunque enfrenta desafíos como la competencia desleal, su futuro parece prometedor gracias a la capacitación, la organización y el apoyo de iniciativas públicas y privadas. Para los turistas, cada pieza artesanal es una ventana a la identidad dominicana; para los artesanos, es una oportunidad de crecimiento y desarrollo.

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