LOS ÁNGELES, EE.UU.- El venezolano Miguel Cabrera ha tenido muchos momentos divertidos a lo largo de su carrera jugando béisbol, pero quizás los mejores han sido con Adrián Beltré. Nadie molestó más al tocar la cabeza del antesalista dominicano que el bateador de los Tigres. Es algo que siempre intentó hacer.
Entonces, cuando Cabrera llegó a la primera base en el Dodger Stadium el lunes por la noche, después de haber logrado su hit número 3,166 para empatarlo en el puesto 16 de todos los tiempos, fue divertido recordar las interacciones que tuvieron entre ellos en el campo. del béisbol.
Cabrera no pudo bromear con Beltré el lunes, pero aun así logró divertirse con alguien el lunes. Le gritó a Mookie Betts, quien tropezó tratando de atrapar la línea de Cabrera hacia la línea del jardín derecho. Betts sonrió y se encogió de hombros. Freddie Freeman le dio un abrazo cuando llegó a primera base.
Después de un verano en el que ha superado una leyenda tras otra (Dave Winfield, Alex Rodríguez, Tony Gwynn, Robtin Yount y, más recientemente, George Brett), este lugar ocupa una posición especial para él. Con Cal Ripken Jr. siguiente en la lista, 18 hits detrás, es probable que Cabrera termine su carrera en el puesto 16.
Antes del partido del lunes, Cabrera recibió otro regalo de retiro de los Dodgers: una estrella de la fama. Fue el segundo regalo que recibió el venezolano en tres días. El sábado recibió una tabla de surf de manos de los Angelinos, siendo parte de la presentación Albert Pujols y Mike Trout.
“[Pujols] "Me estaba molestando, diciéndome: '¡Sigue, sigue!'", dijo Cabrera. "Quería que saltara al suelo y nadara en la tabla".
Luego de esta serie, Cabrera regresará a Detroit para disputar su última semana como ligamayorista en Comerica Park, la cual culminará con un fin de semana lleno de homenajes. En el aspecto deportivo, Cabrera está terminando el mes de septiembre con solidez, bateando .350 (de 40-14) con siete carreras impulsadas.
“Siempre me preparo para hacer lo mejor”, comentó. “Con mi bateo sé que no puedo hacer lo mismo que antes, pero siempre salgo a competir. Siempre quiero enviar un mensaje a mis colegas; "No importa si estamos perdiendo o ganando, hay que salir y competir duro".
Jason Beck/MLB.com