Tokio.– El jueves hubo 55.000 espectadores en el Tokyo Dome, pero la atención de todos se centró en una sola figura: el número 16 de Japón, Shohei Ohtani. Se escuchó un rugido de la multitud cuando se anunció el nombre de Ohtani antes del juego entre Japón y China en el Clásico Mundial de Béisbol.
Los aplausos incluso aumentaron cuando Ohtani subió al montículo para lanzar y luego cuando entró en la caja de bateo para batear.
La mayor parte de la lista del equipo chino juega en la Liga Nacional de Béisbol de China, que no ha jugado desde el final de la temporada 2019 debido a la pandemia de COVID-19. Han estado entrenando y disputando partidos de preparación en solitario, pero no parece justo que su primera cesión en el Clásico fuera ante el jugador más destacado del planeta.
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En bateo, luego de obtener una base por bolas en su primera aparición en el plato, la superestrella de los Angelinos llegó al área con las bases llenas en la segunda entrada y Japón ganando 1-0, pero falló con rodado para terminar la entrada.
Finalmente, en la parte baja de la cuarta, Ohtani conectó un doble con corredores en primera y tercera, impulsando a ambos, para extender la ventaja de Japón a 3-0.
Al final, Ohtani se fue de 4-2 con dicho doble, dos impulsadas, una anotada y dos bases por bolas.